En un breve descanso hacia el final de la gira entran de nuevo en los estudios Garate con Kaki Arkarazo. Allí, graban los diez temas que formarán “Savage behavior”, un directo a la mandíbula, un tren sin frenos, un disco de auténtico rock and roll.
Las guitarras han ganado en protagonismo y encontramos un disco de rock a secas, sin poses forzadas ni artificios retóricos. Desde sus comienzos, Layabouts llevan la sinceridad por bandera en su compromiso con la música. Algo que afianzan y acentúan con su tercer disco.
En los comienzos Layabouts (Wild Thing Records, 2005) recogió los himnos primarios entre guitarras y sintetizadores. Luego …And they run into the woods (Homeless Records, 2009) oscureció y enrabietó su sonido de la mano del productor Kaki Arkarazo, con quien repiten en Savage Behavior (Homeless Records, 2011) para alcanzar una nueva dimensión sonora y de madurez en un álbum cuya primera virtud es que se hace corto.
Sus 10 canciones, directas y concisas, convencen en la inmediatez. Prueba de ello es Fire, con aroma a single de alcance internacional. O los ganchos a la mandíbula marca de la casa que suponen temas como To the end, On my side o el más descarnado Chevy. Y con River of the moon plasman autenticidad en las letras junto a un estribillo que evoca tenebrismo.
Pero también hay novedades. Retazos de rock sureño en It´s all dead o, sobre todo, Rollercoaster. O la exploración de ritmos con guiños al math rock en Numbers Figures. Además, por primera vez, rebajan el pistón y la furia con Falling over (the man who broke the law), mostrando una faceta nunca antes sugerida.
Y por delante de todo, esa declaración de principios que es Rock's dead, un tema redondo donde los coros vuelven a jugar un papel importante.