PAJARO SUNRISE: "OLD GOODBYES (2011)"
Pájaro Sunrise, tiene nuevo álbum, Old Goodbyes. Durante un par de semanas, hemos tenido la gran suerte de degustarlo y saborearlo lentamente, una y otra vez. Nos ha gustado tanto, que en la redacción temíamos haber perdido la objetividad con este grupo.
Para cercionarnos de que no era así, decidimos ofrecer la reseña del álbum a un buen amigo nuestro, con un gusto musical exquisito y uno de los mejores blogs musicales del mercado. Aquí dejamos la genial reseña de Lu para Sextohombredigital! Simplemente genial, no tiene desperdicio!
Debe haber 1 millón de formas de empezar un disco. Y luego está “Old Goodbyes, el tema que abre el álbum homónimo del leonés Yuri Méndez , tercero en su aventura al frente de Pajaro Sunrise. Acompañada de un Hammond tembloroso , la voz narcotizante de Yuri nos recibe con una sobrecogedora historia de despedidas, culpabilidades y líneas que no se borran. Y de paso nos deja con un nudo en el estómago del tamaño de Alaska, que será nuestro compañero de viaje hasta la última de las ocho canciones que componen este disco de belleza colosal.
Grabado durante Septiembre del año pasado junto a la gente de Amigos Imaginarios y Barrunto Bellota Band ( tras sólo dos tardes de ensayo), el disco funciona a la perfección como apéndice de aquella bendita locura que fue su anterior trabajo “Done / Undone”, un caleidoscopio de 22 canciones que recorrían la geografía de la emoción y dónde Yuri hacía público su balance de situación vital entre las cosas ya agotadas (done) y las vías nuevas a explorar (undone). Entre las heridas que deben cicatrizar y la esperanza de lo que está por venir.
Precisamente “song for Evangeline” , la segunda canción de “Old Goodbyes” ,fue concebida originalmente para figurar en el Undone del que – tal como cuenta Yuri- “ se cayó cuando me quedé sin fuerzas para seguir mezclando “ . En todo caso estamos ante una joya de belleza imponente . Una balada que rezuma una luminosa melancolía y dónde es imposible que la letra no te parta en dos : “Y no llores por mí, Evangeline, no seas como esas reinas fingidas, no llores. No llores ahora, porque el amor que nace debe morir un día”. Con un carraspeo en falso arranca la telúrica "Don't Want to Love You No More ( una versión de Jackson C. Frank , “ the most famous folksinger of the 1960s that no one has ever heard of” ) , esencias de folk/country desnudo, que sino fuera por los arreglos de violines, encajaría como un guante en el “Nebraska” de Springsteen. Y para poner el punto y aparte a la cara A, nada mejor que "look what we,ve become” una caricia de puro terciopelo con aroma oldie
Si en el Done/Undone la brecha entre los dos discos era deliberada y explícita , en “Old Goodbyes” la cara B se inaugura con un grito que da el testigo a la briosa “love like a drummer” y que nos rescata del estado de abandono y aturdimiento emocional que nos habían dejado las primeras canciones. “Ribbon” confirma el apabullante magisterio de Méndez para los arreglos, sobre todo en la segunda parte de la canción donde la percusión se acelera entre una aleación mágica de violines, sintetizadores y sobre todo un acordeón desbocado.
Para la parte final quedan “November”, un tema que podría firmar Eef Barzelay cuando juega a deformar y juguetear con el sonido “americana” y “(I am done) making fun of myself”, : de nuevo vuelve la intimidad, las luces se apagan y un murmullo acompañado de una desolada guitarra- ponen un broche crepuscular a este disco enorme.
Hay una máxima, que dice que Bill Callahan ( Smog), es incapaz de componer una canción mala. Pajaro Sunrise , o lo que es lo mismo, Yuri Méndez , va por el mismo camino. Seguimos esperando.
FABIAN: DESPUES DEL INCENDIO Y OTRAS COSAS ASI (2011)
“Las traiciones durante la guerra resultan infantiles comparadas con nuestras traiciones en tiempos de paz. Los amantes, primero se muestran nerviosos y tiernos hasta que lo hacen todo añicos, porque el corazón es un órgano de fuego.” (El paciente inglés)
Ardamos, pues.
Después de esperar a la primavera y despedir a la tormenta, llega el momento de analizar los restos del incendio, el poso de todo aquello que pudo ser y no fue, las brasas de aquel fuego vivo que alumbró con fuerza los mejores días y buscar otras horas de luz bajo nuevos soles, no sé si más grandes o más brillantes. Simplemente, distintos.
Fabián, como ya es costumbre, vuelve a desnudar sentimientos, a doler, a curar, a recoger hermosos fotogramas y traducir emociones cotidianas en Después del incendio y otras cosas así, su tercer disco (La Viejita Música, 2011), a través de diez soplidos de vida que no hacen más que avivar nuevas lumbres en las que recibir calor, cuando creíamos que la leña ya no podía prender, que todo era ceniza.
Resulta casi insultante la facilidad con la que el leonés es capaz de canalizar belleza y sencillez en las canciones, desde la naturalidad de Piedras, pasando por la candor de Diecisiete y La tempestad, etcétera, la pasión de Después del incendio y Nieve en el tejado, o la fuerza desgarradora de La huida y Planes, auténticos planes, dos ganchos a la mandíbula en forma de pop, muy en la línea de las ya lejanas Páginas tuyas que ahora ya son nuestras. Seda y más seda, al fin y al cabo. Y las canciones convirtiéndose en caminos.
http://www.myspace.com/fabiandc